es una institución abierta al público cuya finalidad es la adquisición, conservación y exposición de piezas de orfebrería y alfarería de culturas indígenas del periodoprecolombino de la actual Colombia. Está ubicado en la esquina de la calle 16 con carrera 5ª, en el costado oriental del parque Santander, en el centro histórico de Bogotá.
. El Poporo Quimbaya,
un recipiente que los indígenas utilizaron para almacenar cal, es famoso por sus proporciones armónicas y su técnica, la fundición a la cera perdida con núcleo, “una tecnología especial que se utilizó para realizar piezas complejas que requirieran un manejo especial del color, hacer recipientes con interiores vacíos y para crear impresiones decorativas”. El poporo además fue la pieza con la que se inició, en 1939, la colección del Museo del Oro. Este objeto también apareció en el billete y la moneda de veinte pesos e incluso se uso como logo para una marca de galletas.
es una de las piezas más importantes del Museo del Oro, este colgante fundido en forma de pez con alas representa la unión mítica de dos mundos: el agua y aire, con esta pieza los visitantes podrán descubrir cómo estas sociedades (San Agustín) concebían el universo, así como el contacto que el chamán tenía con otros mundos.
. El Poporo Quimbaya,
un recipiente que los indígenas utilizaron para almacenar cal, es famoso por sus proporciones armónicas y su técnica, la fundición a la cera perdida con núcleo, “una tecnología especial que se utilizó para realizar piezas complejas que requirieran un manejo especial del color, hacer recipientes con interiores vacíos y para crear impresiones decorativas”. El poporo además fue la pieza con la que se inició, en 1939, la colección del Museo del Oro. Este objeto también apareció en el billete y la moneda de veinte pesos e incluso se uso como logo para una marca de galletas.
El Pez Alado
es una de las piezas más importantes del Museo del Oro, este colgante fundido en forma de pez con alas representa la unión mítica de dos mundos: el agua y aire, con esta pieza los visitantes podrán descubrir cómo estas sociedades (San Agustín) concebían el universo, así como el contacto que el chamán tenía con otros mundos.
La Balsa Muisca
es una pieza asociada a la leyenda de El Dorado y al encuentro entre conquistadores e indígenas. Apareció en el billete de dos pesos y fue encontrada en 1969 en una cueva ubicada en el páramo del municipio de Pasca, Cundinamarca, por Cruz María Dimaté, un campesino de la zona que encontró un recipiente de cerámica con varias piezas de oro en su interior (entre esas la Balsa muisca) y las entregó Jaime Hincapié Santamaría, párroco de Pasca, quien contactó al Banco de la República, entidad que finalmente las adquirió para el Museo del Oro. “Al ser exhibida para todos en el Museo, de inmediato la balsa muisca se convirtió en uno de los emblemas de Colombia”. La balsa nunca ha dejado el país.
son piezas que ayudan a entender el uso de estos objetos en los rituales. “Los adornos de este ajuar hallado en una sola tumba, relacionan al cacique con los felinos. En la nariguera, las placas colgantes semejan las manchas del jaguar, las prolongaciones inferiores y superiores son las extremidades del animal y la placa del centro, su rostro (…) al vestirse de oro, los caciques comunicaban a la comunidad que su poder propiciaba la fertilidad y la vida”.
HISTORIA
En diciembre de 1939, el Banco de la República adquirió el poporo quimbaya, pieza de belleza extraordinaria con la que se dio inicio a la colección, que cuenta con alrededor de 59.479 objetos entre orfebrería, textiles, piedra y cerámica de los sitios arqueológicos más variados de Colombia.
En 1940 se hizo la primera exposición en la sala de juntas del Banco; en 1947, se le asignó un salón para que pudiera ser apreciada por invitados especiales y, definitivamente, en el año 1959, el Museo abrió sus puertas para el público en general. La actual sede, un edificio propio para el Museo del Oro en Bogotá, inaugurado en 1968, estuvo a cargo del arquitecto colombiano Germán Samper Gnecco, es la quinta sede que acoge la colección de metalurgia prehispánica iniciada a finales de los años 1930 por el Banco de la República. Este edificio obtuvo el Premio Nacional de Arquitectura en 1970. Destaca por su fachada con enchape en mármol mate, de arquitectura moderna, que representa una blanca caja que flota sobre un primer piso de vidrio.